Esperamos que el lector sepa comprender el tono personal y emotivo que tienen los diferentes artículos de este número del Tlacuache. No podría ser de otra manera por la manera en que fuimos beneficiados por las extraordinarias cualidades y bondades de una mujer por varias razones, extraordinaria. Al recibir la noticia del fallecimiento de Diana, no pocos nos buscábamos desesperadamente para saber si la noticia era real. Fue muy difícil de aceptarla ya que casi todos guardábamos la imagen de su fuerte presencia, a la vez dulce y a la vez intensa. Casi puedo asegurar que a cada una de las autoras y autores se nos hacía un nudo en la garganta y se nos escaparon algunas lágrimas al redactar nuestras participaciones. Si tan solo le hubiéramos podido decirle, un poco en más en vida lo ... Más